Recién acaban de irse de casa unos conocidos de mi familia que vinieron de Chile. José Luis y Teresa ya nos habían visitado en diciembre anunciándonos que pronto vendrían a Argentina pero a radicarse definitivamente.
Ellos ya habían vivido en nuestro país, y debido a su situación económica en el país trasandino decidieron volver a su patria natal.
Ellos ya habían vivido en nuestro país, y debido a su situación económica en el país trasandino decidieron volver a su patria natal.
El día del terremoto, José Luis estaba festejando su cumpleaños número 49. Y chupi va, chupi viene no lo ha sufrido tanto...
"Estabamos bailando en el patio, tomando whisky, pisco, rohn, y de pronto se empezó a mover todo decía José". Claro en algún momento debe haber pensado, que de tanto tomar el piso se le movía pero por su alcholemia. Hasta que su cuñado le mencionó: "Cuidado que es un terremoto"
Residían en Santiago, en el barrio Maipú, asombrosamente su casa y a sus alrededores no percibieron daños debido a que las casas son anti-sísmicas. Las construcciones en aquel país como muchos ya saben, se realizan previendo los catástrofes naturales.
La vida les jugó una buena pasada en esta circunstancia, a este matrimonio y a la familia que días antes del terremoto habían comprado su casa, y su auto en Chile. Increíblemente los compradores heredaron la propiedad intacta, seguramente encontraron un oasis en un desierto.
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